Lourdes. Fue en la asignatura « Une semaine une ville »  la primera vez que escuche el nombre de esa ciudad. No sabía de qué se trataba y nos dijeron que pasaríamos allí tres días del mes de Octubre. La asignatura aborda un programa de descubrir la ciudad siguiendo unas pautas elegidas, por ello, antes de ir no podía buscar información acerca del lugar. Habría que descubrirla cara a cara. Le comenté a familia y amigos el viaje que iba a hacer y todos tenían en común las mismas palabras: milagros, gruta, cueva y peregrinaje, pero… ¿Por qué?

Para empezar, nos encontramos en un lugar rodeado de pequeños pueblos de montaña, pues estamos en los altos Pirineos. Estaciones de esquí y zonas de senderismo, donde se encuentra la Greenway Gave, es una alternativa a la carretera convencional por donde solo se puede ir a pie, todo vehículo a motor está prohibido.

Por esta zona de Lourdes también acuden muchas personas que están haciendo el Camino de Santiago, que provienen de España, por esta zona de Lourdes también podemos encontrar algunas de las señales típicas de éste camino.

Justo al lado de Lourdes encontramos una de las aldeas más grandes de este entorno, Bartrès, se encuentra a unos 3 km, aldea que también pertenece a parte de la famosa historia religiosa de la ciudad de Lourdes.

Una vez entrando a Lourdes todo era muy campestre, verde, rural y con casas modestas. Mi primera impresión fue de una ciudad familiar, tranquila y llena de naturaleza, sobretodo por su ubicación. Pero más tarde esa visión cambió radicalmente, no por la ciudad en sí, si no por el movimiento turista y el comercialismo del mismo, ya que en las calles de mayor bullicio solo había comercios relacionados con la religión y hostelería con letreros muy extravagantes. Realmente, me esperaba algo más modesto y humilde, pero con lo que me topé fueron con hoteles de lujo, restaurantes llamativos y comercios más llamativos aun.

Todo estaba siendo un poco extraño hasta que me empecé a alejar de la zona del Santuario, adentrándome más en la zona histórica de la ciudad, o al menos lo poco que podía encontrar de ello.

Historia

La ciudad de Lourdes, históricamente consta de la Edad Media (aunque también se han encontrado hallazgos que datan de la época romana) se trataba de una población fortificada que por su ubicación se convirtió en una gran armadura para el condado de Bigorre (El conde Bigorre fue el primer rey de la dinastía Navarra).

Castillo de Lourdes

El castillo, la mayor fortaleza y con mejor visión de los valles, siglos atrás sirvió como prisión real, más tarde como prisión estatal, y en la actualidad se encuentra instalado el Museo de los Pirineos. Se encuentra en lo alto de un saliente rocoso. Este data del siglo XIV, pero fue reedificado en el XVI. Aunque la historia de este castillo carece de fuentes documentadas debido a los numerosos ataques que sufrió la ciudad, pero se comenta que debió construirse antes que la ciudad y que su presencia fue origen de los barrios creados alrededor del mismo, ya que los vecinos se sentían protegidos al encontrarse cerca de la fortaleza. En un principio cercaban estos pequeños barrios, pero más tarde fueron sustituidas por gruesas murallas que rodeaban la ciudad en las que había puertas principales de entradas, de las que hoy en día aún se conservan algunas de ellas, a veces están coronadas con torres fortificadas.

Este castillo goza de un estudio arquitectónico actual, en el que aparte de nombrarlo Monumento Histórico, confirma el gran interés militar y su evolución como fortaleza.

Torre del Garnavie

Otro de los elementos de defensa de la ciudad es la torre del Garnavie, del siglo XIII, restaurada en 1994, antigua atalaya del recinto de la ciudad. Considerado monumento histórico tras haber superado la urbanización del lugar y por formar parte de las antiguas fortalezas del castillo.

Pasando los años, después de la Revolución Francesa, Lourdes se convirtió en el siglo XIX en una pequeña y agradable ciudad. Fue a principios del año 1850 cuando en el castillo habitaban tan solo un grupo de infantería y la ciudad era tan solo usada para la gente que acudían a las curas termales y para los primeros pireneístas en su camino hacia Gavarnie.

En este entonces, Lourdes tenía apenas unos 4000 habitantes, comparándolo a día de hoy en el que el número ha aumentado hasta a unos 15 000 habitantes.

En 1854, se dio en la ciudad un brote de cólera, afectando también a la niña Bernadette, la hoy famosa virgen del lugar. Es aquí donde aparece entonces la famosa historia de Lourdes y por la qué acuden a Lourdes cada año cerca de 6 millones de peregrinos.

La historia no tiene hechos comprobados realmente, pero nos encontramos en una ciudad llena de fe por lo que ésta es la única que tiene valor.

La gruta Massabielle

La historia cuenta que en 1858 Bernadette fue a buscar madera a una gruta llamada Massabielle, situada al borde del río Gave y por donde desciende el agua de las montañas. Según cuenta la historia la niña oyó un ruido y vio a una mujer rodeada de luz en el hueco de la roca, es entonces cuando empieza la historia de la niña, con la primera aparición. Continuando luego con otras diecisiete  apariciones más.

Es aquí cuando se consideró sagrada la gruta y virgen a la niña Bernadette.

Debido a toda esta historia de Bernadette, Lourdes se ha convertido básicamente en una ciudad turística religiosa, dándole todo el peso al santuario, la gruta y otros espacios relacionados con la virgen Bernadette. Quedando así en el olvido la importancia histórica anterior de la ciudad o incluso algunos de los elementos añadidos recientemente a la ciudad.

Por suerte en mi visita pude tener oportunidad de conocer algunas de éstos, pues no nos centramos solamente en buscar una ciudad regida por su religión. Aunque Lourdes no sea una ciudad destacada por su arquitectura, y mucho menos arquitectura moderna. Por ejemplo, el Santuario se trata de una gran obra arquitectónica, tanto por el método constructivo de estar situada encima de una roca, por sus métodos de circulación y por su curiosa forma de organizarse, ya que desde el exterior parece tratarse de un solo edificio, pero se trata de una basílica encima de otra.

Santuario

En total encontramos 3 lugares de culto y rezo en este santuario:

La basílica de Nuestra Señora Del Rosario

Esta fue la primera y más importante, pues fue quien abrió el paso a construirse sobre ese saliente de roca. Fue el obispo Langénieux quien proyectó construir esta nueva iglesia en 1883, aunque ésta solo fue la primera fase, ya que años después se hicieron otras obras. Siendo la última, la reciente restauración completa del edificio, que duro diez años.

Como en Lourdes hay agua por todas partes: de la lluvia, de la montaña y del suelo. Por muy habilidosos que pudieran ser construyendo la basílica, ésta estuvo a punto de hundirse varias veces por los ataques del agua y de las heladas. También hubo que reconstruir completamente el armazón de la cúpula y se necesitaron toneladas de plomo para la cubierta. Pero, volviendo al inicio. El arquitecto, Leopoldo Ardí, ideó que la nueva iglesia se deslizaría bajo la antigua, así lo que consiguió fue construir una iglesia más grande sin perjudicar a la ya existe. Esta suma de edificios nos da la impresión de que la construcción de abajo sirve de zócalo a la de arriba, mientras que las dos iglesias son totalmente independientes. Es aquí cuando hablaba de los métodos de circulación, pues en el mismo volumen de edificio encontramos diversas basílicas con diferentes entradas, totalmente independientes las unas de las otras.

La basílica De La Inmaculada Concepción

Esta fue mandada a construir por la Virgen en una de las apariciones de Bernadette. Fue entonces en 1862 cuando el obispo de Tarbes reconoce la autenticidad de las apariciones. Inmediatamente, hace pública una suscripción para la construcción de la capilla, la cual al final resultó ser un edificio de culto de grandes dimensiones. Fue en ese año cuando el arquitecto Hipólito Durand construyó la Iglesia, pues no fue hasta más tarde cuando paso a ser basílica. Era necesario que estuviera unida a la gruta, es por ello que la construyó encima de la misma, en un principio quería que la gruta se encontrara dentro de la Iglesia, pero finalmente no fue así.

Las obras empezaron en ese mismo año, pero no acabó del todo hasta 1872. Tardó unos diez años debido a las dificultades económicas y a las exigencias del terreno, ya que estaban construyendo sobre roca, tuvieron que construir un muro de contención, que quedaría oculto por los matorrales. Las ventanas abiertas en el muro así como el emparejamiento de las piedras dejan ver que el edificio primitivo fue retocado cuando se construyó la basílica del Rosario.

La basílica De San Pío X

Apenas se había terminado la construcción de la basílica de la Inmaculada Concepción, cuando el obispo Langénieux pensaba ya en otra más grande. Acababa de terminar la segunda Guerra Mundial, y tuvieron la idea de construir un gran refugio para las procesiones los días de lluvia o de calor. Fue entonces cuando el arquitecto Pierre Vago comenzó a trabajar en el santuario, sus ganas eran desescombrar el lugar, para que lo nuevo no le quitara valor a lo ya existente y no distrajera a los peregrinos. Por tanto, no se trataba de añadir un edificio, menos aún un edificio gigantesco. La idea fue, entonces, ocultarlo. El contrato definitivo se firmó en marzo de 1956.

El diseño de esta basílica es bastante original, tanto técnicamente como en el aspecto religioso. Se trata de una gran proeza arquitectónica pues tiene forma de quilla de barco invertida y está rodeada de amplios deambulatorios, quedando así una bóveda ligera, de una sola pieza. Traslada los pilares a los extremos de la dimensión más corta, la cual son unos 61 metros de ancho y 191 de largo, todo esto construido en hormigón pretensado para conseguir luces mayores y mayor suporte de cargas. Tiene una superficie de 12 000 m² y capacidad para 25 000 personas.

A día de hoy, este tipo de construcciones pueden parecer sencillas, pero he de decir que nos encontramos a mediados del siglo XX, cuando el hormigón pretensado apenas había sido investigado ni utilizado en muchas obras. Es por ello que es considerada una proeza arquitectónica. Realmente, cuando ves esta arquitectura no te parece que vaya a cumplir unos 70 años, pues puede dar la sensación de una obra de arquitectura moderna.

Luego, si hablamos en el aspecto litúrgico, el diseño de la iglesia resulta muy audaz, una iglesia subterránea, de forma elíptica y con un altar en el centro.
Pierre Vago decía:
Por fidelidad a Bernardita, « esta barca debía ser pobre, desnuda, verdadera, en una  palabra: pura. »

 

A lo largo de los años la Basílica sufrió cambios, en 1980, la basílica recibió un arte nuevo: el « gemmail ».  En relación con la vidriera, el « gemmail » aporta el relieve y se une con engarce de plomo. Este arte creado por Jean Crotti alrededor de 1925, acuña los términos franceses gemme y émail, y consiste en una yuxtaposición de fragmentos de vidrio de colores, a veces superpuesta, están pegados el uno al otro, formando composiciones translúcidas abstractas o figurativas.

Otras obras de interés

Alejándonos ya del Santuario, y acercándonos a una ciudad algo más moderna y actual, vemos como en los alrededores de esta zona sagrada encontramos calles llenas de tiendas, como ya he podido decir anteriormente, donde venden todo tipo de artículos religiosos: velas, rosarios, imágenes de la Nuestra Señora de Lourdes y de todos los santos, llaveros y recipientes en forma de la Virgen (para recolectar el agua que brota de la montaña donde fue levantado el templo, y a la que se le atribuyen facultades milagrosas).

Es aquí donde podemos encontrar una muestra de los cambios bruscos que encontramos en esta ciudad. Podemos encontrarnos en un lugar de culto y de repente estar rodeados de tiendas de souvenirs y comercialización de la historia del lugar, a mi parecer esta ciudad está sobrevalorada por su historia milagrosa y menospreciada por su historia real, sus calles, su gente nativa, sus avances y su naturaleza.

Pudimos ver que si nos alejábamos un poco del santuario había sitios reales de rezo, éstos se encontraban vacíos y en un completo silencio, mientras que en la plaza del Santuario todo es bullicio, fotos, poses, comercio… Es decir, todo lo contrario a lo que es un lugar sagrado, de culto para rezar.

Para mi gusto toda esta extravagancia le quita el valor real al lugar y a los que realmente van a peregrinar, aquellos que verdaderamente acuden al lugar por una fe y no como la mayoría de personas que van solamente a modo de turismo banal.

Es en la manera de vivir las calles y los espacios como conocemos a una ciudad. Es una pena que la sobreexplotación de la historia de Bernadette se haya convertido en todo un negocio y que el lugar sea visitado tan solo por eso, ya que por esto obtienes una impresión desacertada de un lugar.

Son las personas quienes completan los lugares y los guían de una manera u otra de vivirlos. Y realmente, Lourdes no sé si sería el sitio más apropiado para aplicar esto.

Volviendo a la ciudad y a otras obras de interés encontramos una renovación de un antiguo mercado convertido en mediateca.

Mercado De Las Halles

Se trata del mercado de Las Halles del siglo XIX y fue comprado en 1892 en Toulouse. La estructura fue desmontada y llevada hasta Lourdes en tren y montada otra vez en su lugar actual en 1895. Reconstruido de nuevo por el arquitecto Jean-Marie Lacrampe, éste vuelve a dibujar los pabellones de esquina como el original. Esta operación resultaba dos veces menos costosa que una construcción nueva. Sobre el modelo des Halles de Victor Baltard, su arquitecto principal fue André Denat, arquitecto municipal de Toulouse.

Está construido en metal, 800 toneladas de acero y actualmente renovado conservando su estructura original metálica, la cubierta metálica y la fachada. Hoy en día el edificio se separa en dos espacios mediante un pasaje cubierto justo en el centro del volumen, se convierte en mediateca y en mercado cubierto, las dos comparten las mismas texturas y estructuras.

La estructura metálica ha sido tratada y pintada en un color gris claro, mientras que en el pasaje, el cual da al exterior, mantiene al parecer su color original, verde cobre.

El interior esta tratado con madera de un color castaño. Los vidrios originales han sido sustituidos, pero algunas de sus carpinterías se conservan.

Conclusión

Realmente no se encuentran más obras relevantes de arquitectura en la ciudad de Lourdes, ya que es una ciudad que vive por la religión y por las obras religiosas. Supongo que todos los medios se derivan a actividades religiosas y toda la ciudad se centra sobre todo en esa parte de la ciudad.

Tampoco se encuentra mucha información acerca de otras de las obras antiguas de la ciudad como el palacio de la justicia, el ayuntamiento y el palacio de congresos. Arquitecturas con valor arquitectónico, pero de las cuales se ausenta su historia quitándoles un posible valor histórico.

Para concluir, Lourdes es una ciudad un tanto peculiar, bajo mi punto de vista no es para todo tipo de público. Realmente, se ha convertido en un lugar para un tipo de personas concreto, personas que acuden al lugar para un fin específico y no por la ciudad en sí, si no por su Santuario y religión. Personalmente, es de admirar que un lugar haya ganado tantísima fuerza por esa historia famosa, ciudad a la que acuden más de seis millones de turistas al año, es una cifra muy elevada para el lugar tan reducido que es. Pero también he de decir que gran parte de ese turismo es falso e interesado, por todo lo que pude observar en esos días en Lourdes. Por ello, llegar a una conclusión sobre ésta ciudad es un tanto complicado, al igual que tratar con ella, resulta difícil y delicado de tomar.
Como últimas palabras decir que esta ciudad crea felicidad a millones de personas día a día con su fe y con esa historia sucedida, por ello he podido llegar a sentirla.

Alba Perez Sanchez

16, 17, 18 de octubre de  2017.

Enlaces de información

www.lourdes-infotourisme.com

https://es.wikipedia.org/wiki/Santuario_de_Lourdes

http://www.arquba.com/monografias-de-arquitectura/iglesia-de-lourdes/