Este viaje nace en la estación más cálida del año, fecha en la que estoy por concluir mi tercer año en arquitectura. Esta vez no es un verano común donde solo buscas salir de la ciudad, ahora es una elección muy importante pues es mi último estío en México antes de partir a un intercambio académico en Europa con sus grandes y antiguas ciudades, lo que me llevó a cuestionarme cómo era posible partir de mi país sin conocer esas ciudades prehispánicas tan maravillosas, mi cultura y el origen de mucho de lo que ahora me forma como estudiante de arquitectura.

Aprovechando la oportunidad de tener un lugar donde alojarme por unos dias y a mi tía como buena compañera de viaje y aventura, compre los boletos de avión y partí a Yucatan, sin imaginar el cambio dramático que provocaría en mi forma de ver la arquitectura, mi cultura y hasta mi propio país.

Yucatán, probablemente conocido por todos por sus hermosas aguas cristalinas del golfo de México y su cantidad de un sinfín de tonalidades azules y verdes, es del sitio del que hablare a continuación, pero contrario a toda esa imagen turística que muchos tienen por ser un espacio de descanso o de fiesta empedernida (para muchos otros), yo les hablare acerca de su magia oculta, de su cultura y de los lugares más espectaculares que mis ojos han visto, una perspectiva totalmente distinta donde podremos adentrarnos en el periodo posclásico. Un paseo al descubierto de las raíces, la religión y el gran potencial arquitectónico y urbano de los primeros habitantes de estas tierras sin igual, los mayas.

Posición Geográfica

Ahora bien, antes de comenzar cualquier tipo de descripción, es necesario ubicarnos geográficamente para así, poder comprender el lugar que albergó por tantos años a las ciudades prehispánicas más magnificas de su época e inclusive de nuestros días.
La península de Yucatán situada al sur del trópico de cáncer, bañada al norte por las aguas del Golfo de México y al este por el mar Caribe, es la única región que se caracteriza por ser plana y no pantanosa a una altitud poco superior al nivel del mar. Una temperatura media de 22º en enero y 27º en julio, cifras que invariablemente van aumentando gracias al calentamiento global, haciendo los “inviernos” más calientes y los veranos extremadamente cálidos.

Mapa Yucatan. Maria Olympia Fuentes Flores

Estas características de lo que parece ser una plataforma flotante permitió a los mayas establecerse, proveer y trasladar fácilmente la comunicación rápida y bastante bondadosa entre la piedra arenosa de grandes dimensiones y otras piedras ricas en carbonato de cal, cristalinas y dolomita, para poder crear su arquitectura monumental. Además de que la ausencia de montañas a su alrededor permitía y favorecía, el desarrollo de sus descubrimientos y coordinación con el sol y los astros.

Chichen Itza, arquitectura monumental

Después de llegar al aeropuerto donde te recibe un golpe de vapor, comenzamos con la ciudad antigua más grande del mundo, Chichen Itza. Llamada la capital de los Itzaes en el periodo clásico terminal y posclásico temprano es hoy reconocida como una de las siete maravillas del mundo. Esta ciudad no sólo se caracteriza por ser una ciudad de arquitectura monumental, sino también por sus grandes espacios urbanos y su tan reconocido juego de pelota.
Es uno de los sitios más poderosos en todo Yucatán, el hogar de aproximadamente 30 000 personas. Los mayas, sus habitantes, formaban una civilización caracterizada por sus sensacionales conocimientos en astronomía, matemática y arquitectura, así como por su gran poder, sus sangrientos ritos religiosos y su control sobre el tráfico marítimo en las costas de Yucatán, desde Tabasco hasta América Central.

Apenas comenzaba este recorrido y yo me encontraba totalmente fascinada, no sabía dónde enfocar mi atención, todo me parecía impresionante. Cuando de pronto vi un edificio que contrario a los otros parecía tener una cúpula, vaya mi sorpresa cuando descubrí que era el edificio del caracol, también llamado observatorio. Se me explicó (entre otras cosas) que, desde este edificio, los mayas podían observar los astros y sobre todo Venus (su mayor interés), a tal grado de programar sus guerras y realizar sacrificios en base a dicha observación.

 

Observatorio astronómico, Chichen Itzá. Libro MAYA.

Los mayas y sus conocimientos astronómicos

Sucesivo a esto, se presentaron ante mis ojos cientos de columnas que resaltaban ante el paisaje, de las cuales poco después comprendí el sentido.
La sabiduría ligada a su gran habilidad para observar y en busca de una respuesta a la necesidad por conocer el momento en que empezarían los periodos de lluvia, la siembra y la recolecta, nace esta útil columna, el Gnomon. Considerado uno de los hallazgos más importantes, es la primera forma que nuestros antepasados tuvieron para desarrollar solsticios (el día más corto y el día más largo del año).
Es originalmente un simple palo vertical, que permite por medida de su sombra ver en qué año el sol está en su punto más alto. Limitados por las herramientas de su época, debían enfocarse a los siguientes objetivos: cálculos de triangulación y mediciones en las distancias de sombras. Las investigaciones dicen que la primera observación fue precisamente para analizar las variaciones del ángulo bajo en el que el sol aparece en el cielo en diferentes épocas del año, variaciones que trabajan en función a los movimientos del sol, dando como resultado el alargamiento de las noches en invierno y el de los días en verano. Gracias a esto era sencillo para los mayas identificar el mediodía, pues es el momento en el que el sol se encuentra en su posición más elevada y no arroja ninguna sombra.

 

Mil columnas GNOMON, Chichen Itza.

Calendario Maya

Otro de los grandes aportes es el calendario maya, por su sorprendente bajo margen de error (considerando la escasez del momento) reflejado en su templo principal. Compuesto de 365 días, el año solar de los mayas se descompone en 18 meses y 20 días (sistema vigesimal) a los cuales se les agrega un periodo de 5 días al fin del ciclo. Y su sistema vigesimal estaba basado en la cuenta de los dedos de las manos y de los pies. A pesar de no contar con ningún artefacto preciso, es el calendario más aproximado al que tenemos hoy en día, una de las tantas muestras que tenemos para comprender la grandeza de esta civilización.

Simbolos, dioses y deidades

Es importante mencionar a los dioses mayas, ya que todas sus actividades iban en torno a ellos, iniciando por el carácter de sus edificios, sus combates y sus rituales espirituales. Adjunto a esto, su vinculo con los dioses era la forma de comunicación entre los mortales y la naturaleza, es por esto que la apariencia de sus deidades estaba íntimamente relacionado con los símbolos naturales y su contexto, tales como los animales, las plantas, el océano o los astros.
Podemos encontrar sus imágenes representadas en los muros de sus edificios, describiendo que pertenecía a algún dios particular, que ahí descansan sus restos humanos, que se realizaba su culto religioso o simplemente por el carácter del edificio, con el que se planeaba tener mayor acercamiento a esos dioses extra terrenales.
Entre los más importantes encontramos a los dioses que controlaban las actividades cotidianas de toda la ciudad, como la lluvia, el sol, las estrellas, la guerra y la abundancia.

Escultura Chac Mool, Chichen Itza.

El dios Jaguar, simbolo de poder

Resguardado bajo el sótano del templo de Kukulcan, se encontró un trono en forma de jaguar con una placa de madera en la que cuatro serpientes de color turquesa (jade) simbolizan el sol.
Llamado Balaam o Chaac por los mayas, no sólo es encontrado en escultura, sino también representado en los frescos. Y se dice que todo aquel que utilizaba vestimentas de jaguar representaba un alto rango e importancia ante la sociedad.
“Su piel representaba las estrellas y cuenta la leyenda que el final de la tierra vendrá presentado por un eclipse, cuando los jaguares asciendan del inframundo para devorar el sol, la luna y quizá el universo entero”

Relieve dioses mayas, Chichen Itza.

Kukulcán

A quien fue dedicado el edificio más emblemático de Chichen Itza, es la deidad de la resurrección, y el señor de los cuatro elementos, sinónimo del dios azteca Quetzalcóatl y también llamado serpiente emplumada.
La tradición cuenta que este dios llegó desde el poniente a finales del siglo XI, fechas en las que los itzaes se asentaron en Chichen Itza, y se convirtió en su guía para ayudarles a fundar su civilización. Y por consecuente se erigió un templo en su nombre como muestra de honor.

Cabeza de serpiente emplumada, Chichen Itza.

Urbanismo y arquitectura monumental

Como mencioné anteriormente, los mayas creaban sus edificios en base a sus cultos religiosos, es por esto, que sus pirámides tienen esa caracteriztica monumental (modo vertical) , pues se consideraba que entre más alta era una pirámide, su acercamiento con el mundo divino y sus dioses era más fuerte, al que claro, solo personas con un alto estatus social tenían el privilegio de estar. Así, el dios ocupa el punto más elevado, estando lo más cerca posible a los espacios desconocidos sin dejar de pertenecer a la tierra.
Mientras que en contraste, sus grandes superficies urbanas (modo horizontal) se hacían pensadas para albergar a una gran cantidad de población, sin olvidar su proximidad al suelo, que representaba su jerarquía social y política, estando muy cerca del espacio terrenal y lejos de sus dioses, es decir, como simples mortales.
Hecho semejante a las iglesias actuales, un espacio dedicado a la veneración de un dios, otorgando el punto de mayor jerarquía a los sacerdotes (encargados de transmitir las palabras de su deidad) y en el siguiente nivel todos los feligreses.

El castillo, pirámide de Kukulcan, Chichen Itza.

Sudando a voluntad, continúo caminando y maravillándome con esta increíble ciudad, donde obvias razones como su gran dimensión y posición estratégica me llevan al Castillo, o también llamado templo de Kukulcan (serpiente emplumada), dios, héroe cultural y gobernador de la ciudad en el siglo V.
El castillo es el edificio de mayor altura dentro de Chichen Itza y está compuesto de 4 escalinatas, cada una con 91 escalones, donde si sumamos el escalón superior da como resultado 365 escalones que representan los días del año del calendario maya. Cuenta con una altura de 30 metros en piedra caliza y aquí sucede algo fantástico… el primer día de equinoccio se puede observar como la sombra de una serpiente desciende del edificio, otro increíble logro atribuido a los mayas pues nada era un azar. Según la teoría del antropólogo Guillermo de Alba, los mayas construyeron este castillo alineado en precisión geométrica con 4 cenotes, siendo el centro del edificio la intersección de estos cuatro puntos.

Juego de pelota, Chichen Itza.

Juego de Pelota, POR TA POK

Sin descanso y sintiendo como el sol quemaba mi piel, llegamos a mi parte favorita. El juego de pelota o como lo llaman los mayas, Por ta pok es la representación sobre la tierra de las fuerzas del cosmos, donde los mejores jugadores se preparan toda su vida para combatir en este evento amistoso. Se cree que la pelota de caucho puede simbolizar al sol y por eso jugaban de este a oeste, simbolizando con esto, la salida y la puesta del mismo.
Su cancha mide 166 metros de largo por 98 metros de ancho, con dos edificios paralelos orientados norte- sur, que bordean este espacio y sostienen los arillos a 8 metros de altura a la garabia de la realeza. Este juego pertenece a los años 750 y en especial este patio, es donde se enfrentaban los jugadores más capaces ( el equivalente a una copa del mundo) y donde el premio era la muerte. Un jugador de este rango estaba obligado a prepararse toda su vida para llegar a ser el mejor y convertirse en el representante que equilibraría el orden astral, dándole sentido a la vida, el ejemplo para todos los otros o en otras palabras, el equivalente al elegido por los dioses. Los relieves marcados en sus paredes muestran que los equipos constaban de 7 jugadores que golpeaban la pelota con codos, caderas y pantorrillas.
Al final, sin importar el agobio por la multitud de personas, el cansancio y mi nuevo tono de piel gracias al sol, el día concluye alegre esperando el umbral del siguiente amanecer para partir al próximo descubrimiento.

Templo de las aguilas, Chichen Itza.

Las mil columnas, al fondo templo de los guerreros, Chichen Itza.

“Testigo del amanecer y ocaso cultural, es sencillo identificar esta ciudad también conocida por estar en el punto exacto donde primero despunta el amanecer en la región”.

Tulum

Tulum fue un sitio activo de distribución de productos locales y foráneos que provenían de lugares lejanos como Centroamérica, las costas del Pacifico, Golfo y el centro de México, es decir, exportación e importación por medio de rutas marítimas fluviales y terrestres. Su vida cotidiana al igual que el de las otras ciudades prehispánicas, estaba relacionado con la política, con rituales mágico-religiosos, con las artes y observaciones astronómicas, es especial del planeta Venus, estrella de la mañana.

Tulum, templo del dios del viento.

Su muralla le permitió controlar las actividades en su interior, además de proteger a sus habitantes, sin olvidar esa diferencia entre la élite y la gente común que vivía fuera de la muralla. Aunque de dimensiones más pequeñas y con una hermosa vista al mar Caribe, sigue los mismos principios de Chichen Itza, su arquitectura monumental y ese estilo que separa el espacio edificado del espacio abierto horizontal.

Valladolid

Iglesia de San Servacio, Valladolid.

Por fortuna, el camino a casa es necesario pasar por Valladolid, un pueblo mágico donde puedes encontrar una gran variedad de artesanías, productos de la region, salsas picantes y sobre todo, su deliciosa gastronomía, única en sus vivos colores y picante sabor. Cansadas y hambrientas despues de caminar por horas, decidimos hacer una parada obligatoria en el centro, donde mi remate visual era la bella iglesia de San Servacio, la única en todo Valladolid.
Mientras disfrutabamos nuestra comida, un señor nos contaba que esa iglesia esta sustituyendo a la que se erigió en 1545, la cual más tarde fue demolida parcialmente por orden del obispo Don Pedro De los Reyes Rios por su profanación en el llamado “Crimen de los Alcaldes” y que la que observábamos actualmente data de 1706. Así mismo que su fachada mira al poniente como la mayoría de los templos yucatecos de la época colonial y que cuenta con un reloj del siglo XIX, el único público de la ciudad.

Huipiles, vestimenta típica de las mujeres indigenas

Andando por las calles de Valladolid, es común encontrar una basta cantidad de puestos donde hay mujeres nativas que venden sus artesanías, tales como pulseras, cinturones, blusas, vestidos, huaraches, collares, entre otros.
Las mujeres originarias del pueblo cuentan que a través de los bordados ellas describen la historia de su comunidad, de su familia, su vida propia y también la naturaleza: milpa, animales, flores, etc… Es gracias a esto que desde tiempos pasados, la vestimenta de las mujeres eran los huipiles, bordados por ellas mismas, donde reflejan los vivos colores de sus actividades cotidianas y el contexto.

Huipiles.

Cuncunul

En contraste a las grandes ciudades prehispánicas, encontramos Cuncunul, una localidad a aproximadamente 10 kilómetros al suroeste de Valladolid y a 2 horas de viaje en auto hacia Chichen Itzá. Una localidad que parece ser la única no invadida por los españoles y con un clima fresco gracias a su gran cantidad de fauna. Me ha dejado maravillada por dos grandes factores: el primero es el camino que se compone de solo dos cosas, una, kilómetros y kilómetros de carreteras con bordes en cientos de tonalidades verdes que parecen no tener fin, dos, un gran número de letreros anunciando “cenotes” a unos cuantos metros, hechos naturales fantásticos que hasta este momento eran desconocidos para mí.

Cenotes

Presionados por el tiempo y la angustia de que precisamente este día entraba una tormenta tropical por el golfo de México y aún nos quedaba un largo trayecto de regreso a casa, tuvimos que elegir uno entre todos para conocer. Y bien, una vez que llegamos al curioso sitio donde a simple vista parecía no haber nada, se nos explicó que los cenotes eran descubiertos por los mayas y que era casi tan increíble y sagrado para ellos como sus piramides, tanto que aquí realizaban los rituales a sus deidades y como ofrenda a su dios de la lluvia “YUMCHAAC” , ahogaban a las mujeres más hermosas de su comunidad junto con sus joyas preciosas.
Los cenotes, en maya dzonootes (hoyo de agua) son los pozos absorbentes que llevan las aguas de lluvia a sus ríos subterráneos, probablemente situados a 30 o 40 metros bajo la superficie de sus mesetas calcáreas. En la época pleistoceno, con la inmovilización de enormes masas de agua en los glaciares polares y la disminución de decenas de metros del nivel de los océanos, gracias a su naturaleza de piedra caliza, Yucatan se convirtió en una verdadera coladera, dando lugar a los cenotes actuales, la creación de la naturaleza más espectacular y a la vez tenebrosa que mis ojos han visto y mi cuerpo ha sentido.

Cenote maya, Cuncunul.

Un poco más tarde y cerrando con broche de oro, mi sorpresa fue grande cuando escondido entre la maleza encontré un tipo de arquitectura vernácula, una choza con solo una estructura a base de bambú y techo de palma. Mi admiración y expresión facial aún no desaparecían, cuando después, descubrimos que ahí habitaban personas y que además estas personas hablaban su lengua materna, el maya.
Fue una impresión inmensa, pues como se sabe hay una poblacion bastante pequeña que aún habla una lengua indigina y ademas, su hogar parecía atrapado en el tiempo, sólo alimentándose de los huevos de sus gallinas y los frutos de los arboles.
Jamás lo espere, pero esto me demostró que detrás de las grandes ciudades y la arquitectura monumental, continua existiendo ese rastro del origen de la arquitectura, es decir, la sutil respuesta a las necesidades de la humanidad, tan simple estéticamente y funcional para proporcionar protección ante las inclemencias de la naturaleza.

Choza, Cuncunul.

La arquitectura prehispánica y su influencia en la arquitectura contemporánea

Antes de finalizar, aportare unas imágenes que pueden parecer no tener relación con el viaje. Sin embargo, como se dice, “el viaje no es el camino ni los lugares recorridos, sino el aprendizaje que queda en ti cuando este se acaba”. Es por eso que esta es la mejor manera que encontré para cerrar este artículo.
Finalmente comprendí que la arquitectura maya junto a sus texturas, la amplitud de los espacios libres y su color, representan un aprendizaje vivo para los arquitectos contemporáneos de México y para ciertos arquitectos internacionales.
Claro ejemplo de esto es Frank Lloyd Wright con su Ennis- Brown House y el edificio de la biblioteca central de UNAM en México, hecha por el arquitecto y pintor Juan O’ Gorman, como ejemplo nacional. Siendo estos y muchos otros edificios contemporáneos, el reflejo de lo que yo pude contemplar en Chichen Itzá y que ahora se resume en una única tarea como arquitectos, “la reinterpretación de las bases de la arquitectura”.

Biblioteca nacional UNAM, México.

Ennis- Brown House, Frank Lloyd Wright.

Con nostalgia y deseos de regresar a visitar todo lo que me resta por conocer de esta serie de ciudades prehispánicas mágicas, concluyo.

Yucatán ha dejado en mí un aprendizaje gigantesco, me mostró en cada espacio sus origenes, su viva cultura, su hermosa gente siempre sonriente, su gastronomía y su clima sin censura. Pero sobre todo lo aprendido, me llevo como ejemplo base de arquitectura y urbanismo a sus monumentales ciudades mayas y el recuerdo de su habilidad para crear edificios con grandeza y herramientas escazas, demostrando que no hace falta más que observar y respetar el paisaje para construir cosas magníficas. Una armoniosa composición entre espacio abierto y el espacio edificado (vertical), que a la vez se definen el uno con el otro.

 

Maria Olympia Fuentes Flores
Viaje realizado en agosto de 2017. Fotografías del autor, salvo mención contraria.

 

Bibliografia

Libros:

Fernando Schwarz, Las tradiciones de la América antigua.
P. Gendrop, D. Heyden, Arquitectura Mesoamericana.
Nájera Coronado, Martha Ilia. 1992. Dioses y naturaleza en El Popol Vuh. Ciencias, núm.28, octubre-diciembre, pp.46-52. [En linea].
Maya, arquitectura universal. Texto y poemas de Henri Stierlin, Prefacio de Pedro Vázquez.

Paginas web:

https://nasdat.com/index.php?PHPSESSID=s8orc01kq54cpp9a82ih18lkr2&topic=1609.0
https://planetapi.es/matematicas/mayas-matematicas-y-astronomia/
http://lagrangeducherchant.over-blog.com/article-kukulcan-le-serpent-a-plumes-des-mayas-48477680.html